El pasado 18 de abril nuestro H. Gustavo Pardo publicó en el (www.cubanet.org) un artículo titulado Política y Masonería, en el cual valientemente toca un tema medular y temeroso de tratar por los masones cubanos que viven en el archipiélago después del 1959 y con mayor temor en los últimos tiempos en que se ha extremado la politización absoluta de la sociedad civil cubana y la extrema unipolaridad socialista del régimen que impera en el país.
Posteriormente el H. Carlos B. García nos envió a varias direcciones electrónicas de HH. sus consideraciones que tituló A Propósito de la Política y la Masonería en Cuba, donde reflexiona y se cuestiona ¿cómo practicar la Masonería en Cuba bajo tal estado donde se “limita y pisotea los derechos fundamentales de los masones, de los ciudadanos”? pero es incoherente cuando plantea: “No entendemos que dentro de los templos masónicos sean permitidos (como no están) los debates de corte político ni religioso”.
Que exista Masonería bajo un régimen como el que impera en Cuba solo puede ser tal cual es la Gran Logia de Cuba de A. L. y A. M. y el Supremo Consejo del 33º del Rito Escocés para la República de Cuba, sin la posibilidad al librepensamiento, sin la posibilidad de tratar temas ni de Política ni de Religión, pero como añadidura tampoco ni de educación, ni de salud, ni de asistencia social, etc., etc., etc., ni para considerar lo errada que está la forma de tratar la sexualidad a nivel de la sociedad, ni ninguno otro tema que cualquier masón de cualquier otro país pueda tratar, ya que esos y todos son de absoluta incumbencia del omnipresente gobierno.
Tal como se lo cuestiona Pardo ¿si los fines de la Francmasonería son: disipar la Ignorancia, combatir el vicio e inspirar amor a la humanidad?, ¿cómo pueden los masones acometer este deber si a la Institución se le niega el derecho a incidir en su entorno social? Simplemente a los masones cubanos ni dentro de la masonería se le permite prepararse para tal incidencia. Para ello y por ello, la institución se encuentra controlada totalmente por los servicios de inteligencia del gobierno, a través de tentáculos invisibles como los del agente Duarte – Gerardo, recientemente revelado y otros que gobiernan desde todos los niveles y áreas, no permitiendo el paso a otros con otras ideas ni posibilidad de exponerlas para el bien de sus HH.
La masonería de la Gran Logia de Cuba y el Supremo Consejo del Grado 33, se ha convertido en una mera institución asociativa de solamente algunas y pírricas beneficencias mutuas, para ello, sus controladores la tienen marcada a languidecer en cosas sin importancia, porque hace falta que se mantenga existiendo ya que nuestros próceres fueron masones, pero los actuales masones, sordos, mudos y ciegos, así se da un sentido de sociedad amplia.
A través de los últimas 50 décadas, en todas las instituciones de la sociedad cubana -¡y la masonería no es una excepción¡- se ha planteado en la psiquis del cubano, que político es todo, que todo tema tiene que ver con la política y es tema vedado y hasta castigado, en la masonería se agrava con el antiguo limite o Lammarks que se refiere a no permitir en su seno las discusiones de Política ni de Religión, y esto se justifica en la masonería que aun hoy sea una limitante, por las consecuencias históricas de desunión que ha provocado entre los seres humanos tales discusiones de estos temas.
Pero aunque algunos, nos hemos atrevido a plantear que: una cosa es no permitir discusiones en su seno de política como de religión, otra muy distinta, es que la presentación de dichos temas sin llegar a la discusión presupone disipar la ignorancia, combatir el vicio e inspirar el amor a la humanidad, este enfoque ha sido bien visto y hemos recibido a cambio el retiro del uso de la palabra, el informe a los grandes funcionarios o en el mejor de los casos, la llamada de la atención al final de los trabajos.
Aunque la masonería en el contexto universal con su cambio de operativa a especulativa transformó sus integrantes, de albañiles constructores a hombres constructores, no es con el devenir del tiempo que la masonería se convierte en escuela de formación de hombres cívicos como lo que debe ser en el siglo XXI, siendo en la actualidad como bien define Pardo, una incoherencia, que la hacen -en Cuba- estar desprovista de los fines y principios de la Institución, lo que ya está dando muestras de graves consecuencias en el presente y desarrollo futuro de la Masonería.
Por otra parte, Carlos B. Garcia en su incoherencia refiere -según él- haciendo un poco de historia para adentrarse más en el tema y menciona momentos de la masonería en Cuba que demuestran tal incoherencia -que aun- bajo de un régimen de los mas oprobiosos por lo que ha pasado nuestra patria, como lo fue el colonialismo Español, la masonería y el gobierno encabezado por Capitanes Generales que existían, eran tolerantes de las diferentes ideas políticas y hasta del tratamiento del tema independencia. ¿Sino cómo? Explicar la existencia del Gran Oriente de Cuba y las Antillas encabezado por Vicente Antonio de Castro Bermúdez y la utilización de las liturgias escritas por él donde hacía referencia directa a las ideas independentistas.
Si coincido en que como masones, como hombres cívicos que somos todos debemos ser coherentes tanto dentro como fuera de la masonería. Dentro haciendo gala de la tolerancia masónica debemos ser capaces de exponer los temas de política sin llegar a la discusión para la ilustración y el combate de los vicios que pueden llegar a atentar, unos hombres contra otros, como muestra de amor a la humanidad, respetando los criterios expuestos libremente por todos y sin represalias. Esto sería una postura moral y ética de la masonería en correspondencia con sus propios principios y el combate a toda dictadura.
Debe ser totalmente inaceptable que suceda tampoco hoy -por otra parte- lo sucedido con los Mártires de San Juan de Wilsón en febrero de 1870, con el vil asesinato de un grupo de masones con su Gran Maestro Andrés Puente a la cabeza por parte de otro masón, solamente por su forma de pensar, y que hoy se pretende hacer con el H. Pardo, que tras el programa “Razones de Cuba” algunos que le acompañaban y coincidían en sus aspiraciones a las elecciones del 2012 de la gran logia se han separado, esto más que todo es cobardía.
Siempre he considerado reflexionar y expresar lo que razonamos aun estando dentro de la patria, aceptar el reto por el presente y el futuro de la masonería en Cuba y en correspondencia con nuestros antepasados patriotas que dieron sus vidas por la libertad, por nuestros semejantes y para nosotros sus hijos y nietos, así como para sentirnos bien con nuestras conciencias.
El Tejador Masónico.
viernes, 6 de mayo de 2011
A Propósito de la Política y la Masonería en Cuba
Por: Carlos B. García
El pasado 18 de los corrientes vimos publicado el articulo titulado: “Política y Masonería en Cuba” del VH:.Gustavo Pardo Valdez el cual conocemos como incansable trabajador masónico de las últimas décadas y que sabemos encabeza una candidatura para G:.M:. con excelentes HH:. y propuestas para las elecciones de 2012 en la G:.Logia de Cuba de AL:. y AM:.
El asunto, el titulo y contenido de este articulo es con toda seguridad motivo de reflexiones para muchos HH:. y que me ha hecho tratar de plasmar de manera escueta mis opiniones ante tan sugestivo y controvertido tema. Política y Masonería, dos temas aparentemente antagónicos y que para los cubanos requieren hoy más que nunca nuestra atención y preocupación. Debido más que nada a que las leyes cubanas y masónicas actuales se redactaron, aprobaron y entraron en vigor en determinadas circunstancias histórico-sociales. Hoy, el momento y las circunstancias, requieren un nuevo replanteamiento del tema sin alejarnos lógicamente de los principios masónicos ni traicionar a la Patria ni nuestros Derechos.
Evidentemente nuestras leyes masónicas, dígase Antiguos Límites en uno de sus veinte artículos expresa: “La Masonería respeta la organización civil y política del país donde tiene asiento”. Esto es masonicamente viable, ¿pero socialmente? La respuesta a esta pregunta es el mensaje que recibimos de dicho artículo.
Como respetar masonicamente la organización política de un país si este limita y pisotea los derechos fundamentales de los masones, de los ciudadanos cuando estos y la propia institución tiene entre como misión un papel social como ciudadanos y como masones y deben respetar y velar por su cumplimiento dentro y fuera de los templos, sus deberes y derechos fundamentales y universales.
La otra cuestión fundamental es que todos sabemos que el partidismo político por su intransigencia, divide a los hombres de buena voluntad, cuando la institución mas que nada busca unir. No entendemos que dentro de los templos masónicos sean permitidos (como no están) los debates de corte político ni religioso. Se imaginan una discusión, debate o una querella, entre masones mal preparados claro, ¡¡entre republicanos y demócratas!!, ¡¡ entre católicos y protestantes!! A que conclusión llegarían, alcanzarían algún consenso?? Difícilmente.
Para adentrarnos mas en el tema, hagamos un poco de historia, como ejemplo más claro Vicente A. de Casto, masón del grado 33 en el REAA:. Vivía en la Cuba colonial de la monárquica y retrograda metrópolis Española del siglo XIX, ¿Que sucedía con los derechos y libertades individuales de los ciudadanos, de los trabajadores? Y aunque no lo crea, la Masonería regular permitía o apoyaba las conductas tiránicas y dictatoriales de los capitanes generales en la Isla, La Gran Logia de Colón, la “potencia regular”, era contraria a la independencia y la libertad de Cuba, ¿como podría entender esto un ciudadano digno o un masón que amara a su patria?. Eso mismo se cuestionaron muchos masones regulares y otros que tomaron el camino de la “irregularidad” que era paradójicamente el camino de la dignidad, del honor y del patriotismo. Evidentemente esto creo, una situación cismática, un verdadero cisma. Bajo la égida de V. A. De Castro de funda en 1862 el G:.O:. De Cuba y las Antillas, algo alejado de las tradiciones anglosajonas del simbolismo bíblico para adentrarse en la sociología, mas exactamente, los grandes retos de la mancillada nación cubana que ya había germinado en una cultura y una nacionalidad propias. ¿Cual en estas circunstancias o cual debería ser el papel de la Orden masónica?. ¿Un Hombre de honor, una institución digna, sería permisiva y solo contemplativa ante estas adversidades?.
Vicente A. De Castro uno de los mayores exponentes de la ortodoxia masónica solo buscaba como fin masónico, la independencia y la libertad de Cuba, ¿ambos no son principios que debe buscar y defender cada miembro de la Institución Orgánica de la Moralidad?. Como, masonicamente hablando, podemos ejercer nuestros derechos en Logia, practicar principios democráticos republicanos y liberales dentro de los templos y cuan do salgamos de estos, olvidarnos y permitir que nos gobiernen gobernantes en un país donde estos principios son obviados y soslayados.
Los mayores siempre me enseñaron que debíamos ser masones, dentro y fuera de los templos, más fuera de estos. ¿Como puedo ser un republicanos y un liberal viviendo en una dictadura?
Como siempre y una vez más, muchas preguntas y pocas respuestas.
La masonería es una Orden liberal, humanista y progresiva, no puede ser ni estática ni contemplativa, aunque nunca lo fue, y muchos entiendan que se puede ser masón muy bien vestido ocupando una butaca en un bello templo lleno de medallas y lujosos mandiles viendo el mundo en derredor lleno de guerras, pobreza y muerte. Por solo poner un ejemplo, cuando hay millones de niños trabajando en condiciones de esclavitud y muchos de ellos mueren por falta de agua y enfermedades curables.
¿Deben los masones cubanos virar la cara a la situación social actual? Como utilizar nuestras armas y herramientas para buscar el consenso, el equilibrio entre la teoría y la práctica de la doctrina masónica, entre lo que debe ser y lo que es, Como actualizar nuestras leyes y conductas masónicas sin faltar a nuestros principios y deberes, como equilibrar la ética masónica y los principios de un ciudadano, de un patriota en una realidad verdaderamente adversa. Claro, muchos pensarán que para mi es más fácil, como en el juego de ajedrez que desde afuera la jugada se ve mejor y yo no estoy en el juego ¿será mejor quedarse callado y no reflexionar?, creo que es lo menos que puedo hacer en mis circunstancias actuales. A Mis HH:. en la patria todo mi amor y cariño fraternal. Por suerte o por desgracia, según el momento, soy de los que tomé solo aparentemente el camino más fácil, pero los confieso, no es así.
La Masonería cubana tuvo y tiene grande retos. En su presente y futuro, un gran trabajo por hacer. Para sentirnos bien con nuestra conciencia, con nuestros antepasados patriotas que dieron su vida por la libertad, por nuestros semejantes, y por nuestros hijos y nietos.
Toca ahora autoevaluarme y responderme, que he hecho como masón, por mi patria, por mi sociedad y por el mundo.
Las respuestas a esa pregunta marcarán mi integridad masónica.
El H:.Pardo, ha puesto el dedo en una llaga en un momento que requiere no ya de un médico, sino de un cirujano. Es un llamado a la mesura, el dialogo y la reflexión, no a la confrontación ni a la beligerancia.
“Ser masón significa comportarse como tal”
El pasado 18 de los corrientes vimos publicado el articulo titulado: “Política y Masonería en Cuba” del VH:.Gustavo Pardo Valdez el cual conocemos como incansable trabajador masónico de las últimas décadas y que sabemos encabeza una candidatura para G:.M:. con excelentes HH:. y propuestas para las elecciones de 2012 en la G:.Logia de Cuba de AL:. y AM:.
El asunto, el titulo y contenido de este articulo es con toda seguridad motivo de reflexiones para muchos HH:. y que me ha hecho tratar de plasmar de manera escueta mis opiniones ante tan sugestivo y controvertido tema. Política y Masonería, dos temas aparentemente antagónicos y que para los cubanos requieren hoy más que nunca nuestra atención y preocupación. Debido más que nada a que las leyes cubanas y masónicas actuales se redactaron, aprobaron y entraron en vigor en determinadas circunstancias histórico-sociales. Hoy, el momento y las circunstancias, requieren un nuevo replanteamiento del tema sin alejarnos lógicamente de los principios masónicos ni traicionar a la Patria ni nuestros Derechos.
Evidentemente nuestras leyes masónicas, dígase Antiguos Límites en uno de sus veinte artículos expresa: “La Masonería respeta la organización civil y política del país donde tiene asiento”. Esto es masonicamente viable, ¿pero socialmente? La respuesta a esta pregunta es el mensaje que recibimos de dicho artículo.
Como respetar masonicamente la organización política de un país si este limita y pisotea los derechos fundamentales de los masones, de los ciudadanos cuando estos y la propia institución tiene entre como misión un papel social como ciudadanos y como masones y deben respetar y velar por su cumplimiento dentro y fuera de los templos, sus deberes y derechos fundamentales y universales.
La otra cuestión fundamental es que todos sabemos que el partidismo político por su intransigencia, divide a los hombres de buena voluntad, cuando la institución mas que nada busca unir. No entendemos que dentro de los templos masónicos sean permitidos (como no están) los debates de corte político ni religioso. Se imaginan una discusión, debate o una querella, entre masones mal preparados claro, ¡¡entre republicanos y demócratas!!, ¡¡ entre católicos y protestantes!! A que conclusión llegarían, alcanzarían algún consenso?? Difícilmente.
Para adentrarnos mas en el tema, hagamos un poco de historia, como ejemplo más claro Vicente A. de Casto, masón del grado 33 en el REAA:. Vivía en la Cuba colonial de la monárquica y retrograda metrópolis Española del siglo XIX, ¿Que sucedía con los derechos y libertades individuales de los ciudadanos, de los trabajadores? Y aunque no lo crea, la Masonería regular permitía o apoyaba las conductas tiránicas y dictatoriales de los capitanes generales en la Isla, La Gran Logia de Colón, la “potencia regular”, era contraria a la independencia y la libertad de Cuba, ¿como podría entender esto un ciudadano digno o un masón que amara a su patria?. Eso mismo se cuestionaron muchos masones regulares y otros que tomaron el camino de la “irregularidad” que era paradójicamente el camino de la dignidad, del honor y del patriotismo. Evidentemente esto creo, una situación cismática, un verdadero cisma. Bajo la égida de V. A. De Castro de funda en 1862 el G:.O:. De Cuba y las Antillas, algo alejado de las tradiciones anglosajonas del simbolismo bíblico para adentrarse en la sociología, mas exactamente, los grandes retos de la mancillada nación cubana que ya había germinado en una cultura y una nacionalidad propias. ¿Cual en estas circunstancias o cual debería ser el papel de la Orden masónica?. ¿Un Hombre de honor, una institución digna, sería permisiva y solo contemplativa ante estas adversidades?.
Vicente A. De Castro uno de los mayores exponentes de la ortodoxia masónica solo buscaba como fin masónico, la independencia y la libertad de Cuba, ¿ambos no son principios que debe buscar y defender cada miembro de la Institución Orgánica de la Moralidad?. Como, masonicamente hablando, podemos ejercer nuestros derechos en Logia, practicar principios democráticos republicanos y liberales dentro de los templos y cuan do salgamos de estos, olvidarnos y permitir que nos gobiernen gobernantes en un país donde estos principios son obviados y soslayados.
Los mayores siempre me enseñaron que debíamos ser masones, dentro y fuera de los templos, más fuera de estos. ¿Como puedo ser un republicanos y un liberal viviendo en una dictadura?
Como siempre y una vez más, muchas preguntas y pocas respuestas.
La masonería es una Orden liberal, humanista y progresiva, no puede ser ni estática ni contemplativa, aunque nunca lo fue, y muchos entiendan que se puede ser masón muy bien vestido ocupando una butaca en un bello templo lleno de medallas y lujosos mandiles viendo el mundo en derredor lleno de guerras, pobreza y muerte. Por solo poner un ejemplo, cuando hay millones de niños trabajando en condiciones de esclavitud y muchos de ellos mueren por falta de agua y enfermedades curables.
¿Deben los masones cubanos virar la cara a la situación social actual? Como utilizar nuestras armas y herramientas para buscar el consenso, el equilibrio entre la teoría y la práctica de la doctrina masónica, entre lo que debe ser y lo que es, Como actualizar nuestras leyes y conductas masónicas sin faltar a nuestros principios y deberes, como equilibrar la ética masónica y los principios de un ciudadano, de un patriota en una realidad verdaderamente adversa. Claro, muchos pensarán que para mi es más fácil, como en el juego de ajedrez que desde afuera la jugada se ve mejor y yo no estoy en el juego ¿será mejor quedarse callado y no reflexionar?, creo que es lo menos que puedo hacer en mis circunstancias actuales. A Mis HH:. en la patria todo mi amor y cariño fraternal. Por suerte o por desgracia, según el momento, soy de los que tomé solo aparentemente el camino más fácil, pero los confieso, no es así.
La Masonería cubana tuvo y tiene grande retos. En su presente y futuro, un gran trabajo por hacer. Para sentirnos bien con nuestra conciencia, con nuestros antepasados patriotas que dieron su vida por la libertad, por nuestros semejantes, y por nuestros hijos y nietos.
Toca ahora autoevaluarme y responderme, que he hecho como masón, por mi patria, por mi sociedad y por el mundo.
Las respuestas a esa pregunta marcarán mi integridad masónica.
El H:.Pardo, ha puesto el dedo en una llaga en un momento que requiere no ya de un médico, sino de un cirujano. Es un llamado a la mesura, el dialogo y la reflexión, no a la confrontación ni a la beligerancia.
“Ser masón significa comportarse como tal”
Política y Masonería
LA HABANA, Cuba, abril (www.cubanet.org) – Los antiguos legisladores del Código Masónico Cubano, al adoptar los Antiguos Límites de la Fraternidad como las Leyes Fundamentales para el gobierno de la Gran Logia de Cuba, inscribieron a este organismo en el concierto de la Masonería Regular Universal. Entre estas normas está la que prohíbe el debate de asuntos políticos o religiosos en las logias. En la época en que se adoptaron estos principios, en la Isla regia el pluralismo socio-político-económico, y existían suficientes espacios en el país, en donde abordar dichos temas. Este no es el caso de Cuba “socialista”, en donde el régimen considera que todo es político.
Esta prohibición vino como anillo al dedo al régimen castrista, que tomó la exclusión como justificación “legal” para prohibir a los masones inmiscuirse en temas que el gobierno considera de su exclusiva incumbencia; tales como la educación, la salud y la asistencia social.
No obstante, al considerar los fines de la Francmasonería, que son: disipar la Ignorancia, combatir el vicio e inspirar amor a la humanidad, surge la pregunta, ¿cómo pueden los masones acometer este deber si a la Institución se le niega el derecho a incidir en su entorno social?
Teniendo en cuenta que el Estado es el factor omnipresente en todos los aspectos de la vida nacional, ¿resulta procedente prohibir a los masones tratar en logia asuntos relacionados al estado de la educación, la salud, asistencia social, el desempleo o las dificultades económicas por las que atraviesan los propios masones como parte que son de la nación? Obsérvese que no se ha tratado de los derechos humanos, aspecto por el cual la Masonería, que se define como la Institución Orgánica de la Moralidad, tiene la obligación y el derecho de velar.
Además, considerando que para ser masón se necesita ser un buen ciudadano; es decir, alguien que ponga en práctica sus derechos civiles, entre los cuales está el conocimiento del desarrollo de la política, la economía, y la educación, seguidas por el gobierno del país. La prohibición de tratar estas cuestiones en las logias, constituye una incoherencia y un despropósito de los fines y principios de la Institución, lo que traerá graves consecuencias al desarrollo futuro de la Masonería.
Por ser la religión y la política conceptos cambiantes en el tiempo, y hallándose inmerso el país en el análisis de cómo resolver la crisis por la que la nación atraviesa, el masón está obligado a buscar en la investigación y la discusión de las realidades por la que atraviesa la sociedad cubana, para contribuir como ciudadanos al progreso de la propia Institución, y del país.
Si hasta el presente, la prohibición de discutir asuntos políticos en las logias constituía una conveniencia, tanto para el régimen como para quienes en distintas épocas gobernaron la Gran Logia; hoy ello constituye una apostasía a la historia y tradiciones masónicas.
Monday, April 18, 2011 | Por Gustavo E. Pardo
Esta prohibición vino como anillo al dedo al régimen castrista, que tomó la exclusión como justificación “legal” para prohibir a los masones inmiscuirse en temas que el gobierno considera de su exclusiva incumbencia; tales como la educación, la salud y la asistencia social.
No obstante, al considerar los fines de la Francmasonería, que son: disipar la Ignorancia, combatir el vicio e inspirar amor a la humanidad, surge la pregunta, ¿cómo pueden los masones acometer este deber si a la Institución se le niega el derecho a incidir en su entorno social?
Teniendo en cuenta que el Estado es el factor omnipresente en todos los aspectos de la vida nacional, ¿resulta procedente prohibir a los masones tratar en logia asuntos relacionados al estado de la educación, la salud, asistencia social, el desempleo o las dificultades económicas por las que atraviesan los propios masones como parte que son de la nación? Obsérvese que no se ha tratado de los derechos humanos, aspecto por el cual la Masonería, que se define como la Institución Orgánica de la Moralidad, tiene la obligación y el derecho de velar.
Además, considerando que para ser masón se necesita ser un buen ciudadano; es decir, alguien que ponga en práctica sus derechos civiles, entre los cuales está el conocimiento del desarrollo de la política, la economía, y la educación, seguidas por el gobierno del país. La prohibición de tratar estas cuestiones en las logias, constituye una incoherencia y un despropósito de los fines y principios de la Institución, lo que traerá graves consecuencias al desarrollo futuro de la Masonería.
Por ser la religión y la política conceptos cambiantes en el tiempo, y hallándose inmerso el país en el análisis de cómo resolver la crisis por la que la nación atraviesa, el masón está obligado a buscar en la investigación y la discusión de las realidades por la que atraviesa la sociedad cubana, para contribuir como ciudadanos al progreso de la propia Institución, y del país.
Si hasta el presente, la prohibición de discutir asuntos políticos en las logias constituía una conveniencia, tanto para el régimen como para quienes en distintas épocas gobernaron la Gran Logia; hoy ello constituye una apostasía a la historia y tradiciones masónicas.
Monday, April 18, 2011 | Por Gustavo E. Pardo
Suscribirse a:
Entradas (Atom)