Por: Carlos B. García
El pasado 18 de los corrientes vimos publicado el articulo titulado: “Política y Masonería en Cuba” del VH:.Gustavo Pardo Valdez el cual conocemos como incansable trabajador masónico de las últimas décadas y que sabemos encabeza una candidatura para G:.M:. con excelentes HH:. y propuestas para las elecciones de 2012 en la G:.Logia de Cuba de AL:. y AM:.
El asunto, el titulo y contenido de este articulo es con toda seguridad motivo de reflexiones para muchos HH:. y que me ha hecho tratar de plasmar de manera escueta mis opiniones ante tan sugestivo y controvertido tema. Política y Masonería, dos temas aparentemente antagónicos y que para los cubanos requieren hoy más que nunca nuestra atención y preocupación. Debido más que nada a que las leyes cubanas y masónicas actuales se redactaron, aprobaron y entraron en vigor en determinadas circunstancias histórico-sociales. Hoy, el momento y las circunstancias, requieren un nuevo replanteamiento del tema sin alejarnos lógicamente de los principios masónicos ni traicionar a la Patria ni nuestros Derechos.
Evidentemente nuestras leyes masónicas, dígase Antiguos Límites en uno de sus veinte artículos expresa: “La Masonería respeta la organización civil y política del país donde tiene asiento”. Esto es masonicamente viable, ¿pero socialmente? La respuesta a esta pregunta es el mensaje que recibimos de dicho artículo.
Como respetar masonicamente la organización política de un país si este limita y pisotea los derechos fundamentales de los masones, de los ciudadanos cuando estos y la propia institución tiene entre como misión un papel social como ciudadanos y como masones y deben respetar y velar por su cumplimiento dentro y fuera de los templos, sus deberes y derechos fundamentales y universales.
La otra cuestión fundamental es que todos sabemos que el partidismo político por su intransigencia, divide a los hombres de buena voluntad, cuando la institución mas que nada busca unir. No entendemos que dentro de los templos masónicos sean permitidos (como no están) los debates de corte político ni religioso. Se imaginan una discusión, debate o una querella, entre masones mal preparados claro, ¡¡entre republicanos y demócratas!!, ¡¡ entre católicos y protestantes!! A que conclusión llegarían, alcanzarían algún consenso?? Difícilmente.
Para adentrarnos mas en el tema, hagamos un poco de historia, como ejemplo más claro Vicente A. de Casto, masón del grado 33 en el REAA:. Vivía en la Cuba colonial de la monárquica y retrograda metrópolis Española del siglo XIX, ¿Que sucedía con los derechos y libertades individuales de los ciudadanos, de los trabajadores? Y aunque no lo crea, la Masonería regular permitía o apoyaba las conductas tiránicas y dictatoriales de los capitanes generales en la Isla, La Gran Logia de Colón, la “potencia regular”, era contraria a la independencia y la libertad de Cuba, ¿como podría entender esto un ciudadano digno o un masón que amara a su patria?. Eso mismo se cuestionaron muchos masones regulares y otros que tomaron el camino de la “irregularidad” que era paradójicamente el camino de la dignidad, del honor y del patriotismo. Evidentemente esto creo, una situación cismática, un verdadero cisma. Bajo la égida de V. A. De Castro de funda en 1862 el G:.O:. De Cuba y las Antillas, algo alejado de las tradiciones anglosajonas del simbolismo bíblico para adentrarse en la sociología, mas exactamente, los grandes retos de la mancillada nación cubana que ya había germinado en una cultura y una nacionalidad propias. ¿Cual en estas circunstancias o cual debería ser el papel de la Orden masónica?. ¿Un Hombre de honor, una institución digna, sería permisiva y solo contemplativa ante estas adversidades?.
Vicente A. De Castro uno de los mayores exponentes de la ortodoxia masónica solo buscaba como fin masónico, la independencia y la libertad de Cuba, ¿ambos no son principios que debe buscar y defender cada miembro de la Institución Orgánica de la Moralidad?. Como, masonicamente hablando, podemos ejercer nuestros derechos en Logia, practicar principios democráticos republicanos y liberales dentro de los templos y cuan do salgamos de estos, olvidarnos y permitir que nos gobiernen gobernantes en un país donde estos principios son obviados y soslayados.
Los mayores siempre me enseñaron que debíamos ser masones, dentro y fuera de los templos, más fuera de estos. ¿Como puedo ser un republicanos y un liberal viviendo en una dictadura?
Como siempre y una vez más, muchas preguntas y pocas respuestas.
La masonería es una Orden liberal, humanista y progresiva, no puede ser ni estática ni contemplativa, aunque nunca lo fue, y muchos entiendan que se puede ser masón muy bien vestido ocupando una butaca en un bello templo lleno de medallas y lujosos mandiles viendo el mundo en derredor lleno de guerras, pobreza y muerte. Por solo poner un ejemplo, cuando hay millones de niños trabajando en condiciones de esclavitud y muchos de ellos mueren por falta de agua y enfermedades curables.
¿Deben los masones cubanos virar la cara a la situación social actual? Como utilizar nuestras armas y herramientas para buscar el consenso, el equilibrio entre la teoría y la práctica de la doctrina masónica, entre lo que debe ser y lo que es, Como actualizar nuestras leyes y conductas masónicas sin faltar a nuestros principios y deberes, como equilibrar la ética masónica y los principios de un ciudadano, de un patriota en una realidad verdaderamente adversa. Claro, muchos pensarán que para mi es más fácil, como en el juego de ajedrez que desde afuera la jugada se ve mejor y yo no estoy en el juego ¿será mejor quedarse callado y no reflexionar?, creo que es lo menos que puedo hacer en mis circunstancias actuales. A Mis HH:. en la patria todo mi amor y cariño fraternal. Por suerte o por desgracia, según el momento, soy de los que tomé solo aparentemente el camino más fácil, pero los confieso, no es así.
La Masonería cubana tuvo y tiene grande retos. En su presente y futuro, un gran trabajo por hacer. Para sentirnos bien con nuestra conciencia, con nuestros antepasados patriotas que dieron su vida por la libertad, por nuestros semejantes, y por nuestros hijos y nietos.
Toca ahora autoevaluarme y responderme, que he hecho como masón, por mi patria, por mi sociedad y por el mundo.
Las respuestas a esa pregunta marcarán mi integridad masónica.
El H:.Pardo, ha puesto el dedo en una llaga en un momento que requiere no ya de un médico, sino de un cirujano. Es un llamado a la mesura, el dialogo y la reflexión, no a la confrontación ni a la beligerancia.
“Ser masón significa comportarse como tal”
viernes, 6 de mayo de 2011
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